Enseñe a sus cabras a pisar las baldosas - Dori Terán

                                         


El nuevo alcalde prometía. Su juventud aniñada no era obstáculo para un discurso claro y una exposición de ideas ordenadas presentando planes y proyectos que tenían como objetivo mejorar el bienestar de todos los lugareños del pueblo. Se había asesorado de expertos y gestores para renovar el pavimento del suelo en las principales calles .El presupuesto y la pequeña subvención recibida no alcanzaban para más. En realidad era la hierba verde y fresca entremezclada con alguna piedra la que cubría la superficie por la que se deslizaba, pisaba, rodaba y transcurría el ir y venir de todo ser vivo residente del lugar. Lo que se entendía como progreso no llegaba con facilidad a la localidad de Abercio, por algo su nombre significaba “el primer hombre”, parece que allí se hubiese detenido el tiempo. Durante unos cuantos días las pequeñas ruas se llenaron de máquinas excavadoras, camiones, apisonadoras y el ruido y el polvo fue dejando paso a un piso de baldosas que imitaban en su serigrafía un empedrado artístico y brillante. Se acercaba la fecha en que las cabras que vivían en el monte alto y pernoctaban en el gran casar siempre vigiladas por el pastor de turno, bajaban al pueblo en rebaño veloz, y sonoro. Por el instinto y la fuerza de la costumbre se dispersaban y cada una iba a la casa de su dueño donde sabía le esperaba el agua, el alimento, la sal y los cuidados. Aquella tarde el rebaño cuesta abajo llegó a la calle principal e inesperadamente hizo una parada, un giro y todas a una se desperdigaron por otras vías y no es casualidad que fuesen aquellas que seguían permitiendo pisar hierba verde y fresca entre alguna piedra. Cada vecino hubo de buscar a las suyas y atraerlas hacía su corral. ¡Ay señor alcalde que no todos los moradores suspiran por el progreso!!! . Y así reza un bando en la fachada del Ayuntamiento: ”Por orden del señor alcalde todos los habitantes de Abercio realizarán el cursillo exprés para el ensayo y aprendizaje de “Enseñe a su cabra a pisar las baldosas” .





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