Tengo
que andarme con cuidado. El otro día en la piscina casi me pillan.
Pero es que esos cuerpos jóvenes, tan tiernos, tan apetecibles, son
mi debilidad. No lo puedo evitar. Serán estos calores de verano. O
serán ellos con sus bermudas y sus bañadores de colores, mojados
bajo el sol. Casi se huelen a distancia mezclados con el acre olor a
cloro y césped húmedo.
Les
sonrío provocativa, hago bromas con mi físico potente y les invito
a tomar algo en el bar. Intento llevármelos hasta los vestuarios.
Pero este año se me resisten. He de mejorar mis tácticas.
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