Señor
Párroco:
Ya
sabe que yo no frecuento su iglesia, usted nos conoce a todos los del
pueblo, pero bueno, a los funerales si que voy, lo sabe bien. Por eso
sé que me tiene fichada, que le pregunta a mi hermana mayor, la
santurrona la llamamos en la familia, la que le limpia la iglesia
todas las semanas, que si soy atea o agnóstica. Ninguna de las dos
sabemos lo que significa lo segundo, así que seré lo primero creo
yo, porque atea dice mi hermana que es no pisar la iglesia. Pues eso,
que soy atea, las cosas claras desde el principio, para que no haya
luego malos rollos. Verá, yo le escribo porque estuve pensando y
pensando y como a usted le gusta tanto sacar a los santos cuando no
llueve para que no se estropeen las cosechas, pues pensé que igual
era buena idea hacerlo al revés. Verá, le explico. Cuando hay
sequía usted convoca al pueblo a sacar en procesión a un santo, a
veces dos o hasta tres como cuando la gran sequía de hace cuatro años,
¿se acuerda? Yo bien me acuerdo, estaba el pueblo entero, bueno,
menos yo y alguno más. Pero al caso. Usted sacó los santos y al día
siguiente empezó a llover como si todos los ángeles del cielo se
hubieran puesto a llorar juntos; eso lo dijo usted en la misa del
domingo. En fin, lo que sea que haya pasado. El caso es que llovió y
todos tan contentos. Pues como acabamos de pasar una pandemia, qué
dura verdad, lo tuvo que pasar mal usted con la iglesia vacía,
diciendo misa para las paredes, que mire que usted y yo ni nos
hablamos pero reconozco que hasta me dio pena imaginarlo de pie
hablando al vacío, porque eso mismo me pasaba a mí, que estaba sola
en casa y hablaba hasta con el azucarero. Pues a lo que vamos, que
después de esta pandemia tan mala, ahora que podemos salir el tiempo
nos salió rana. Que mire que tenía yo ganas de ir a bañarme al río
y a tomar el sol en bañador ¡eh!, muy discreto por cierto, que una
ya no está en edad de bikinis y esas cosas, y nada, que le da por
llover y hacer frío, como si en vez de en junio estuviéramos en
octubre. Espero que me entienda, señor párroco, que no puede ser
esto, que todo el mundo anda como triste y mustio y ya sabe que somos
un pueblo muy alegre, que hasta usted riñe en misa por lo que pasa
en las fiestas, de borracheras y las parejas y esas cosas, que no le
voy a decir yo que no tiene razón, que alguna tiene. Pues a lo que
iba, que como seguro que usted no lo ha pensado, lo pensé yo. ¿Qué
le parece si hacemos una procesión al revés? Se trata de sacar los
santos en procesión, creo que dado el problema, sería importante
sacar los tres a la vez, pero en vez de pedir por la lluvia pedir
por el sol y el buen tiempo. Para ello solo tendría usted que
cambiar su rezo y la procesión en vez de ir hacia adelante que fuera
hacia atrás. Sí, ya sé que le sorprenderá esto que le digo, pero
creo que es una buena idea, que esa mal que lo diga yo porque es mía,
pero no por ello deja de ser buena. Si otras veces consiguió que
lloviera sacando los santos en procesión caminando hacia adelante,
como suelen ser las procesiones, lo lógico es que para que salga el
sol caminemos hacia atrás. ¿Qué le parece? Y fíjese lo que le
digo, si lo hace así me comprometo a ir a la procesión y es más,
si al día siguiente de sacar los santos sale el sol y puedo ir a
bañarme al río, prometo ir a misa el próximo domingo. Se entiende
que el próximo domingo después de salir el sol, claro. Piénselo
detenidamente y si acepta mi proposición ya me enteraré por mi
hermana la santurrona.
Atentamente.
Paquita
(una posible nueva feligresa)
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