Yo, que he vivido tantas vidas, declaro estar cansado de esta última que me ha tocado en suerte. En mala suerte diría.
En la segunda recuerdo que todos nos saludábamos por la calle, quitándonos el sombrero, nos reuníamos en la plaza del pueblo y debatíamos, civilizadamente siempre, sobre los temas de más actualidad.
Claro, no había ni radio ni internet. Maldito invento. Que sí. Que me he vuelto un adicto, lo reconozco. Será por eso que quiero dejar de serlo y finalizar con esta adicción de una vez por siempre. Que no hago más que entrar en webs llenas de cotilleos, malas noticias, youtubers de medio pelo y fake news.
Aunque me falta escribir mi quinta vida. Fue emocionante. Viví la Segunda Guerra Mundial en primera línea y jamás me rozó una bala. Eso sí, el uniforme llegó hecho un asco al llegar la paz. Tuve que devolverlo y pagar una especie de multa por descuidar el material militar. Si los administrativos hubieran estado en las trincheras… Qué sabrán ellos, si nunca han puesto un pie en el barro.
Cuando cantamos Noche de Paz en la Primera Guerra fue hermoso. Bonito momento para recordar. Qué paz se respiraba.
Paz, bonita palabra. Gran invento nunca hecho realidad.
Pero esa fue otra vida, creo que la primera, o fue una previda. No recuerdo.
Tanta infoxicación en internet me está volviendo loco. Quiero parar pero teniendo conexión con datos ilimitados mi teclado echa humo.
Menos mal que no estuve en el Titanic; ahí sí que hubiera reventado el sistema de comunicaciones, tecleando ayuda a todos los puntos cardinales.
Después de la Segunda llegaron otras guerras, que también viví, pero con la experiencia de esa se me quitaron las ganas de alistarme en otra más. Ya, con la tele, la radio y los periódicos fue otra cosa. Como una película, pero en realidad la gente moría. Y todos sufrían.
Seguimos matando por algo que está ahí en alguna parte, y que jamás nadie encontrará.
No aprendemos. No he matado a nadie en ninguna vida, pero estoy harto de repetirme en el dolor. Esta vez lo tengo claro. Acabaré mis vidas y dejaré de sufrir por la humanidad.
Pero antes de que se me corte la conexión contaré mis memorias.
De mi tercera...o primera... o sexta... vida. Ya no recuerdo cuál fue la más interesante. Tengo que conectarme y googlear un poco más.
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