Desde la terraza del café que suelo frecuentar pude ver cuatro
situaciones; Al hombre que sobrevive con las sobras que encuentra en
la basura, Al fotógrafo que aprovecha para sacar una foto de la
cruda realidad; a capitanes de la marina que supuraban un glamur
añejo asistiendo a un baile de gala en el teatro. Más adelante, en
las puertas del mausoleo, donde se celebraba el baile, dos chicas de
vida alegre esperando… a alguien. Empecé a pensar en las cuatro
situaciones que se estaban entrelazando.
Yo no era más que una mera espectadora y como tal contemplé al
pobre hombre que sobrevive de la basura acercarse a las chicas,
hablar con ellas y seguidamente suspirar diciendo: “¡qué
cara está la vida” El fotógrafo inmortaliza la escena y
la vida siguió su curso.
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