Creo que éste sí me
gusta, “Se alquila piso de tres habitaciones, salón comedor con
terraza cerrada, amplia cocina con electrodomésticos, baño completo
y aseo de dos piezas, despensa, exterior, muy soleado, altura,
excelentes vistas, calefacción central y muy céntrico”.
Ese será mi refugio, en
él me recluiré hasta ver en los medios de comunicación el final de
mi venganza. He podido llevarla a cabo gracias a Durero, un conocido
lampista, con el que coincidí en el juzgado cuando me detuvieron por
la falsa denuncia de mi ex.
Aquel día estaba tan
trastornada que no paraba de llorar, me había zurrado de lo lindo el
muy infame. En un ataque de violencia había tirado todas mis cosas
por la ventana, y encima me pone una denuncia por agresión e
intimidación, yo, que no soy capaz de matar a una mosca. Pero si él
no tenía un solo rasguño y en cambio yo, me tuvieron que llevar al
hospital para darme tres puntos en la ceja.
No sé ni cómo me casé
con él, ya me lo decía mi padre, “hija ¡ese hombre no te
conviene!, ¡no parece de fiar!”, y yo tonta de mi, enamorada
hasta perder el sentido, me casé, sí y desde aquel día empezó
mi martirio.
Este parece mejor “Se
alquila piso, 133 m2, 4 habitaciones, dos baños completos, suelo de
gres y parquet, tiene terraza cerrada, ascensor, trastero, zona
infantil cercana, y plaza de garaje, muy céntrico”.
Acababa de fallecer mi
padre, el pobrecito, de un ataque al corazón por discutir con él,
no se lo perdono, quería más dinero, el que nos daba de la pensión
no duraba nada, y claro como no podía mancharse esas manos de
obrero, pues se aprovechaba de los demás.
Primero le pidió
prestado a mi amiga Julia, en secreto por supuesto, con el pretexto
de darme una sorpresa, y lo que hizo fue darse un homenaje con su
manceba. Yo ni oler un céntimo, yendo a casa de mi padre con
tuppers para traerme algo caliente de comer.
Después fue mi tía
Clarisa, ¡Ay pobrecita mía! Me huelo que la amenazó para que le
diera aquel millón, por eso escapó huyendo hasta Palencia con su
hija y nunca jamás me habló.
Con este dudo de cual me
gusta más “Se alquila piso reformado, tiene fibra óptica,
televisión por cable, parquet, calefacción de gas ciudad, ventanas
de puente térmico, 4 habitaciones, salón, baño con bañera de
hidromasaje y aseo con ducha. Opción de alquilar plaza de garaje en
el mismo edificio, la playa a 2 km”.
Mi calvario duró cinco
años, 4 meses y 27 días, menos mal que la naturaleza no me dio
hijos, no sé que habría sido de ellos. El muy cerdo lo tenía todo
bien organizado, los días pares se iba con su chulita, y los impares
volvía a casa con ganas de zurrar, conseguir dinero para sus
múltiples gastos en la barra del bar y lucir como un pimpollo
delante de los demás.
Al principio, inocente de
mí, pensaba que estaba buscando trabajo y todo le salía mal,
primero iba a poblaciones cercanas y luego a las de más allá,
buscando en qué trabajar, ¡pero qué va! estaba bien pancho leyendo
el periódico en un cercano portal, en casa de su mucama mientras
ella se ganaba el pan.
Así fui pasando el
tiempo, avergonzada por no hacer feliz a mi amor, apesadumbrada
porque la vida no nos ofrecía lo que deseábamos, y confundida
porque cada vez que abría la boca se molestaba y enfurecía, y yo
era la responsable de que me pegara.
Hasta que llegó aquel
desgraciado día en que mató a mi padre por un infarto tras discutir
con el muy cabrón, y sólo porque era dueño de su piso, tenía
planeado venderlo para conseguir más dinero al heredarlo yo.
Ahí ya no pude más,
deprimida, asustada, dolorida, decidí escapar, se enteró de mis
planes y él comenzó a fraguar su venganza, no sé si con alguien
más, pero a un pozo me arrojó, figuradamente, porque claro, él
nunca me daba un sopapo, todos mis moratones eran de mis caídas a
montones por la escalera, y todo el mundo se lo tragó.
Este fue el primero en el
que me alojé “Se alquila piso 440 € al mes más impuestos,
comunidad, garaje por 50 €, cocina, salón, dos dormitorios, baño
con ducha y trastero en bajo cubierta, playa a 3 Km.”
Tras prestar declaración
ante el juez, salí de Comisaría sin saber qué hacer ni a donde ir,
pero Durero, al que había conocido al otro lado de mi celda, me
chistó en la calle para hablar conmigo, decía darle mucha pena y
que mi marido no tenía que salirse con la suya, que eso no se hacía
a una mujer como yo, iba a ayudarme, pues le conocía de vista y no
le caía nada bien.
Me llevó a casa de una
hermana suya, que amablemente me atendió y durante unos días me
ayudó, no paraba de llorar, de maldecir mi mala suerte y de quererme
morir, pero ella con su santa paciencia, me hizo sentirme mejor, me
animó, y comenzamos a planear la forma de vengarme de los dos. Mi
marido por traicionero, y al juez por no ver lo evidente, el maltrato
y mi dolor.
Durero sabía de
informática y de espionaje ya que era un soplón, así pudo
enterarse de mi triste historia y la de mi marido. Al estar
escondida me dieron por desaparecida, pidió el divorcio, y el mismo
juez de antes, se lo concedió, como estaba denunciada por agresión,
se quedó con la herencia de mi padre, el hogar de mi niñez, y lo
puso en venta.
Primeramente me alojé en
ese piso de alquiler, el que sólo tenía dos habitaciones, para lo
poco que pensaba quedarme en él, estuvo bastante bien. Escasos seis
meses, lo justo para grabar las andanzas del señor juez con una
amiguita, que casualidades de la vida, también era la de mi ex,
menudos saltos y gritos daba el indecente, al estar justo debajo de
ellos lo oía todo. Al cabo de un tiempo y en un calculado descuido
de ella me resultó fácil abrir la puerta del piso, husmear entre
sus cosas y fisgar el ordenador de la susodicha. Colocarle unas
fotos trucadas, de mi ex y del juez, fue coser y cantar, la pobrecita
ni se enteró.
Tras un oportuno
chivatazo, han detenido a los dos por supuesto abuso de menores y
connivencia con los administrados. Ese administrado es ni más ni
menos que el susodicho de mi ex. Las fotos estaban tan bien trucadas
que ni los expertos de la científica pudieron apreciar el montaje.
Formaban una buena parejita dentro y fuera del juzgado, y eso la
magistratura no se lo perdonó, la pederastia en la cárcel esta muy
mal contemplada, ¡pues que se fastidien con jota!, como yo, que
desgraciada me han hecho entre los dos.
Durero consiguió un
abogado que me represente, y mañana iré al juzgado con él, ha
solicitado la total absolución de todos los cargos que me imputaban,
ya que fueron inventados en connivencia por los dos denunciados, y
además de serme restituida la propiedad del piso de mi padre, pide
una indemnización bien generosa a pagar por el juez y por mi ex, así
como al juzgado como responsable subsidiario, al consentir
actuaciones ilegales del malvado juez.
Creo que me voy a quedar
con el segundo piso de alquiler, comprenderme, no puedo volver al
piso de mi padre, todo el barrio es conocedor de su homicidio a manos
de mi ex, y menuda vergüenza iba a pasar, además de sentirme
culpable al ser responsable indirecta de su muerte, al haber elegido
tan mal.
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