Todos tranquilos - Marian Muñoz



Era la figura de Rufino, el famoso prócer asturiano, quien con los ojos vendados, sujetaba una balanza romana con una mano mientras en la otra sostenía una bombilla.  Coronando su testa, en una nota en forma de bocadillo de dialogo se leía “no preocuparos justicia que os ilumino yo”. 







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