-¡Y
vaya que se nota! piensa Armando al recibir un meme en su watsap tras
un día tenso, tenso.
-
Mira lo que me mandan. Le lee a Fermín el meme mientras hacen una
revisión a un seat ibiza .
"La educación es como una erección, si la tienes, se nota"
-
¡Qué bueno! sonríe Fermín imaginando la situación
-
Voy a contarte algo que me pasó ayer pero no te rías ¿eh?
-
Qué... ¿te la jugó el pajarraco?
-
Espera, espera que te cuente. Fue un día de locos:
Ya
cuando salí por la mañana para venir al curro me di cuenta que
pasaba algo. Cada ruta que cogía acababa en un atasco, y ¡claro! el tiempo se echaba encima y
los nervios y las prisas también. Delante de mí, casi se pegan
dos que iban insultándose de coche a coche, hasta que uno le hizo la peineta y el otro, como por resorte, salió del suyo hecho
una furia dispuesto a todo.
-
¿Le atizó? Preguntó Fermín ya animado por la pelea.
- No
¡qué va! en ese momento el que estaba en el coche cerró la
ventanilla, bajó los seguros , puso la música a tope y se hizo el
longuis. La suerte que tuvo es que enseguida empezó a caminar la
caravana y el otro tuvo que volver al suyo, no sin antes darle una
patada a la rueda.
A
mi me dieron por detrás. Distraídos como estábamos todos mirando el
espectáculo, fue lo menos que podía pasar.
-
Bueno, mejor recibir que dar. El seguro paga.
-
Ya, pero el tema jode: papeles, parte al seguro, retrasos,
incordios... Bueno, ya sabes que evito follones .Era un vejete el que
me dio y le quité importancia al tema, pero me lo abolló con ganas.
Y luego aquí, bronca por llegar tarde, trabajo hasta arriba y
encima el pijotero de siempre tocándome los cojones.
-
¿Volvió el del BMW rojo?
-
Si, no tiene otra cosa que hacer que venir a protestar. Y como don
Luis le hace caso, aquí está el pringao una y otra vez mirándole
el coche al señorito, como si no tuviera nada mejor que hacer. Qué
tocacojones es.
- La
suerte que tienes es que puedes evadirte en tus otros trabajos.
-
Sí, normalmente sí, pero ayer todo se complicó en el gimnasio.
Empezaron dos mujeres ya maduras que en su vida habían hecho
ejercicio y en vez de ponerles la tabla y dedicarme yo a lo mío,
tuve que estar todo el tiempo a su lado corrigiendo posturas y dando
mil explicaciones. Vamos, que en vez de liberar tensión seguí
acumulándola.
-
¿Ayer?... ¿no empezabas en la escuela de Bellas Artes?
- Si
y tenía que haberlo dejado para otro día.
-
Cuenta, cuenta ¿qué tal?
- De
entrada me encontré que el profesor era una profesora. Yo nunca
había posado desnudo para una mujer, bueno, mujeres siempre hay en
las clases pero el que te coloca es el profesor, y ver una mujer me
puso nervioso.
- ¿
Nervioso tú? no me vaciles
-
Que si, que iba con la idea de siempre, un hombre dirigiendo mis
movimientos. Lo demás ni lo veo; me meto algo en la boca para
concentrarme y yo a lo mío . Ayer llegué del vestuario y me puse
sobre una tarima en la que había una mesa con una cesta llena de
rosas, cursi a tope. Me quité el albornoz. La profe me dijo que me
pusiese frente a la mesa con las piernas un poco separadas pero bien
ancladas en el suelo, recto, en reposo, con la cabeza un poco
inclinada hacia las flores y levantando una con la mano derecha, como
si la fuese a oler pero sin llevarla del todo a la nariz.
-Menudo
figurín estás hecho tío, ¿no necesitarán otro modelo?
-
Si,si, figurín. No sabes cuánto tardó en colocarme, me manoseó
por todos lados hasta que estuve a su gusto. Ya en posición me colgó
un foulard de seda sobre el hombro izquierdo, lo agradecí, no me
sentí así tan desnudo.
La
clase era de modelado y utilizaban una especie de cera para
reproducir mi cuerpo. Los alumnos se me acercaban para ver con
claridad todos los detalles y poder llevarlos a su plasta. Una alumna
tanto se acercó a mirarme que sentí su respiración sobre el culo.
Todo el vello se me erizó cuando ví su cara pícara observando con
detalle la entrepierna. Me sonrió lascivamente y en un susurro
,mirándome a los ojos, me llamó polvorón.
-
Que bien te lo pasas tío
-
Eso piensas tú. Me puse rojo hasta el pelo. No te lo vas a creer
pero sentí que se me iba a levantar...y se me levantó.
- No
ves, lo que yo decía, un lujo de trabajo y encima te pagan.
- No
sabes lo que dices, lo pasé fatal, todas aquellas personas mirándome
y yo cada vez más tieso. Chupaba el caramelo para tratar de pensar
en otra cosa pero era imposible. La provocadora había llamado a sus
compañeras para que viesen cómo se me izaba y las risas, los
abanicos y el sofoco impedían que volviese a su estado de reposo.
- No
me lo quiero ni imaginar¿Cómo saliste de esa?
-Pues
la seda fue resbalando hasta que quedó colgada del miembro
victorioso, tapando tamaño desaguisado.
-No
sé qué sería peor, tío, si verlo, o no verlo. Así, enarbolado el
foulard. Como bandera al viento.
-
Fermín, no me los toques que bastante tuve ayer con el numerito.
Debajo del foulard parece que se tranquilizó la cosa y fue bajando
hasta que cayó al suelo y recibí un gran aplauso de todos los
alumnos. Creo que la profesora también aplaudió, la vi por el
rabillo del ojo.
-¿
Eso no te quitaría el sueño , eh?
-
¿Insomnio yo? ¡Que va! y ayer menos. La profesora me invitó a
cenar.
-Que
calladito te lo tenías
-
Si, cuando me hizo el recibo y se enteró que me llamaba Armando
Guerra, no pudo dejar de reir. Creo que la invitación a cenar fue en
desagravio . No me importó. Le saqué una cita para el sábado en la
Tapilla Sixtina.
-Vaya
carambola. Pregúntale si necesitan otro que yo me apunto.
-Fermín,
te falta educación y enseguida se te nota.
-
Jajaja ¿y dices que ayer pasaba algo? anda, Armando Guerra, pásame
los alicates.
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