Aprovechemos el
otoño
antes de que el
invierno nos escombre
entremos a codazos
en la franja del sol
y admiremos a los
pájaros que emigran
ahora que calienta
el corazón
aunque sea de a
ratos y de a poco
pensemos y sintamos
todavía
con el viejo cariño
que nos queda
aprovechemos el
otoño
antes de que el
futuro se congele
y no haya sitio para
la belleza
porque el futuro se
nos vuelve escarcha
... ... ...
Este Benedetti
siempre me deja encogida, debe ser que me estoy acercando al invierno
y empiezo a vislumbrar la escarcha futura...
Elena sale de debajo
de la manta, se acerca a la chimenea y con el viejo fuelle atiza el
fuego casi extinto. Las llamas vuelven a iluminar el espacio vacío y
Elena, como si no fuese ella, trata de desaparecer en su sillón con
la manta hasta las orejas.
Aprovechemos el
otoño... resuena una y otra vez en su cabeza. Antes que el futuro se
congele...
Carlos...qué bien
lo pasamos... recorrimos medio mundo. Tu y yo, solos. En nuestro
cochiquín. Parecía que nos iba a dejar tirados en cualquier momento
pero aguantaba como un jabato... siempre en septiembre. Cuando las
familias con niños volvían al trabajo, nosotros arrancábamos. Sin
los calores de julio ni las aglomeraciones de agosto. Sin la playa ,
el helado y el olor a coco del bronceador. Sin niños, madre ni
suegra. Sin sillas, nevera y sombrilla. Sin prisas... Carlos...tu y
yo, solos. Qué bien lo pasamos.
Elena, con la mirada
fija en el fuego, abandona el control de sus pensamientos y se siente
nuevamente Ramón Budiño en "Gracias por el fuego":
Frustrada. Con ganas de salir de esa situación pero sin valor.
Incapaz de llevar a cabo sus planes de solución definitiva.
...Mira que lo
planeé...que lo tenía todo previsto...que estaba convencida... que
no quería seguir viviendo sin ti...pero...
Fui incapaz. Me
faltó el valor que necesitaba para seguir. Valor para no vivir.
Ahora pienso que hubiese sido lo mejor. Desaparecer, porque vivir
así...en un presente congelado, sin futuro de ningún tipo...
Aprovechemos el
otoño... antes que... ¿por qué se quedó este verso atascado en
mi...? Todos los otoños leo el mismo poema. Una y otra vez. Cuando
más me dueles. Cuando más te añoro... en nuestro mes...de
viaje...solos. Tu y yo. Felices. Sintiendo todavía con el viejo
cariño que nos queda... si. Te puedo asegurar que lo sigo sintiendo,
igual que entonces...
El timbre saca a
Elena de su ensimismamiento. Aparece en la puerta, hundida. Su viaje
al dolor siempre la deja así, sin fuerzas. Gloria, su amiga, lo
sabe. Sabe que el otoño es una mala época para Elena . Espera
sonriente a que reaccione. Entra. La abraza. Habla sin parar. En la
cocina ya está preparando dos infusiones sin que Elena hubiese
articulado aún palabra. Se conocen hace años. Se sientan frente a
la chimenea. Bajo la manta.
- Ya veo que estabas
con Mario --dice Gloria mirando el libro de poemas que está a sus
pies.
-Si. Ya sabes que es
mi autor preferido.
-¿Por qué te
machacas de esta manera? El pasado pasó, Elena. Déjalo ir
-No puedo. Este
tiempo hace que Carlos vuelva de manera más viva. Lo siento, Gloria.
No estoy loca. Está aquí. En el fuego, la leña, el olor a tierra
mojada, en las hojas secas, el viento, el frescor mañanero, en el
sol que no quema pero me calienta el alma... Elena se derrumba y se
echa a llorar.
Gloria la abraza con
cariño y empieza a contarle mil historias para quitarle a Carlos de
la cabeza.
Poco a poco se va
animando.
-¿Que te vas a
poner para la celebración de Pilar?
La pregunta coge
desprevenida a Elena
- No se. No pensé
todavía si voy a ir
-¿Como que no vas a
ir? Son sesenta años los que cumple ¿Ya no te acuerdas la fiesta
que te hicimos cuando los cumpliste tu? Venga, vamos a mirar las
posibilidades.
Gloria tiró de
Elena y juntas entraron en el dormitorio y en su armario. Era un
Kaos. Ropa antigua, grande, vieja, pequeña, estrecha y deshilachada.
No servía nada. Aprovecharon para hacer limpieza. En un montón la
ropa para Cáritas. En otro los bolsos para el mercadillo de la
parroquia. En otro lo que se podía guardar, más que nada para que
el armario no quedase vacío. En otro lo que había que arreglar :
botones que faltaban, bajos descosidos y otros desperfectos.
Les ocupó toda la
tarde. Cansaron de tanto trasiego en el armario pero sacaron todo lo
que sobraba. Estaban contentas. Cansadas pero animadas. Frente a la
chimenea terminaron el día con un vino. Mario Benedetti volvió a
salir
-Aprovechemos el
otoño antes que el invierno nos escombre... repitió Elena pensativa
antes de darle un sorbo al vino
- Me suena a tu
Benedetti. Qué razón tiene, aprovechemos. Mañana te vengo a buscar
para ir de compras. Estate lista a eso de las once, ¿vale?
-Si, descansa
Gloria, yo te espero.
A la mañana
siguiente Gloria cansó de tocar al timbre. La casa permanecía en
silencio. Nadie acudió a su llamada.
Elena, sin contar
con ella, sola con Carlos, decidió emprender con el un último
viaje.
Pensó que el otoño
era la mejor época para hacerlo .
No quiso esperar al
escombre del invierno .
Para ellos ya no hay
escarcha, todo es belleza.
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