Maldito cuadro - Marian Muñoz





Oscar harto, escapó afuera en dirección al patio de la casa, la discusión mantenida por sus padres intentando encontrar el lugar perfecto para colgar su orla de graduación, les había llevado a mover mueble por mueble, optimizando la visión del cuadro.
Si lo hubiera sabido no habría posado para la foto con su toga de abogado, le parecía ridículo y fuera de época, pero todos los miembros de su familia tenían la suya, y según su padre, él no iba a ser la nota discordante.
Intentó relajarse siguiendo con la mirada el revoloteo de una mosca, estaba tan concentrado y absorto en ello, que no pudo percatarse del coche que irrumpía en el patio en dirección a él. El atropello no fue grave, aunque tuvo que llevar durante días un corsé de escayola, en el que su sobrinito Andrés había dibujado un ornitorrinco, según dijo él.
Sus padres dejaron de discutir en cuanto oyeron el golpe del coche en el patio, se asustaron mucho y la preocupación por el bienestar de su hijo era más importante de momento. Ya encontrarían más adelante el lugar adecuado para la orla, ambos decidieron de mutuo acuerdo.
Días más tarde Oscar dolorido, se entretiene observando a los trabajadores que reparan el muro roto del patio, ha tomado la decisión de no entretenerse nunca más con las moscas y ¡cómo no!, esconder su orla hasta montar su despacho.








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