Esta es la historia de un soldado del
emperador Francés Luis Bonaparte, su nombre es Gerard. Gerard vivía
en una aldea al este de Francia, sus padres eran granjeros y los
padres de sus padres también, no tenían mucho dinero pues en
aquella época las únicas familias adineradas eran las que tenían
grandes feudos. Gerard ayudaba en las tareas de la graja pero su
mayor sueño era ser generar del ejército Francés. Cuando cumplió
la mayoría de edad decidió alistarse a pesar de las negaciones y
advertencias de sus padres.
Cuando Gerard se alistó en el ejercito le
adiestraron en la lucha y le disciplinaron con la mentalidad propia
del ejercito de francés, aprendió rápido todo lo que había que
saber sobre armamento y como montar y cabalgar veloz mente. A pesar
de su poca corpulencia, pues era un joven poco musculado; por la poca
comida que había tenido en su infancia pronto empezó a coger peso y
gracias al adiestramiento físico del ejército también empezó a
sumar en musculatura.
No duro mucho tiempo cuando tuvo que
librar su primera batalla, pues las tropas inglesas habían decidido
atacar la zona francesa, rápidamente llamaron a filas a las tropas y
Gerard cogió su sable y monto en su caballo, su espíritu de lucha
y su corazón de guerrero empezó a latir, tenía miedo; claro que lo
tenía pero sus ganas de luchar y su valentía fueron más fuertes.
Cuando el general de turno alzo la voz con tono francés ordenando
que atacaran; Gerard alzo su sable al cielo, espoleo su caballo y
proclamando con todas sus fuerzas: “¡Por Francia!” empezó a
cortar cabelleras y a clavar el filo de su sable a sus contrarios
Ingleses.
El emperador Francés estaba orgulloso de
su ejército. Habían ganado todas las batallas y las tropas inglesas
decidieron retirarse. Las victorias del ejército francés pronto
empezaron a recorrer las calles de Francia.
Gerard iba creciendo en edad, en posición
y en fama. Su fidelidad al emperador, y su destreza en el arte de la
guerra crecían al mismo tiempo que su ferocidad y valor. Así fue
que con el paso de los años Gerard consiguió cumplir su sueño; ser
general del ejército francés. En la fiesta de su graduación que el
emperador le había preparado en agradecimiento por su fidelidad y
valentía, mientras todos bebían, comían y se divertían contando
sus hazañas. Gerard conoció a una bella muchacha francesa de ojos
azul cielo y cabello rubio como el propio oro que hace perder la
cabeza a los hombres más honrados. Gerard nada más que la miro
quedo eclipsado de su belleza. Se miraron mutuamente l, hablaron,
bailaron, rieron y finalmente casi sin darse cuenta los dos se
fundieron entre besos y caricia envueltos en finas sabanas.
Gerard había pasado de ser un pobre
muchacho de aldea con escasez de casi todo a ser un hombre
respetable, temido en las batallas, adinerado por su posición,
admirado por sus compañeros, con su sueño cumplido y con el regalo
del amor. Pero lo que el General no podía imaginarse era lo que el
cruel destino le tenia preparado, pues aquella muchacha que se había
enamorado de él era ni más ni menos que la futura mujer del
emperador.
Luis Napoleón no empezó a sospechar
hasta pasado un largo tiempo, mientras tanto los dos tórtolos
disfrutaban del amor, se veían a escondidas en caros hoteles y
cenaban en restaurants de lujo en las afueras de Francia. Cada vez
estaban más enamorados; pero a su vez ella estaba menos enamorada
del emperador; que por el momento no notaba nada pues estaba inmerso
en la política y en los problemas que tenia con sus contrarios que
querían el poder. Hasta que un día Luis Napoleón le pidió
matrimonio a su prometida y ella le negó.
Es en este momento cuando llega el cruel
destino de Gerard; que sin saber nada de lo ocurrido tiene que ir a
palacio para dar una noticia al emperador, cuando entro en el
despacho Gerard se encontró con los dos, Gerard intento disimular
cuando Luis Napoleón le presento a su prometida, el quiso ser frío y
calmar los deseos de amor que tenia hacia ella, pero ella no pudo
reprimir una de sus miradas. El emperador que era muy perspicaz se dio
cuenta y en un ataque de celos despojó a Gerard de todo cuanto tenía
(sus galones, su puesto de general y todas sus pertenencias). Lo
mando encerrar en los calabozos y a los pocos días ejecutarlo como
si fuera un ruin ladrón.
Pobre Gerard después de haber conseguido
sus sueños y de haber tenido todo cuanto podía desear; por el amor
lo perdió todo, hasta su vida. Pues el cruel destino del joven
granjero que consiguió llegar a ser general se desplomo al mismo
tiempo que se desplomaba su cabeza después de ser guillotinado.
Y aquí se acaba la historia de este
general llamado Gerard en la época de una Francia regida por un
emperador que había sido elegido a golpe de revolución.
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