En algún momento le dije que
mis flores preferidas son las gardenias.
Anoche me invitó a cenar y después de los postres me regaló un
perfume de gardenias. Pensé que a continuación me declararía su
amor, pero solo me pidió que le ayudara en su nuevo proyecto, una
plantación de gardenias, como no. Pensé en tirarle la copa de vino
a la cara, pero me quedó mucho más elegante dejar caer el frasco de
perfume al suelo
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