En
nuestra cabeza crece un bosque, siempre en movimiento. A veces verde
y floreciente, calentado por un sol benéfico que nos mima y nos
acuna.
En
ocasiones nuestra mente, cansada de tanto movimiento se aleja del
sol. Explorando la soledad de la sombra.
Y
pone el cartel de rebajas que llenan la cabeza de marañas sin
sentido, convirtiéndola en un lugar inhóspito lleno de maleza.
Vuelve
al sol. Aleja tu mente de las sombras que la enmarañan. Aunque sea
de un solo árbol, deja que tu bosque crezca y sea habitable.
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