Alguien,
en alguna parte del mundo, se levanta de la cama
un mal día con el pie izquierdo. El agua está cortada. Se lava como
los gatos. Con los ojos aún legañosos, sin desayunar y con la ropa
arrugada del día anterior, se dirige a su trabajo, un trabajo
anodino, irrelevante para el mundo, a veces para sí mismo.
Llueve,
pero no lleva paraguas.
Le
da igual, así se va despejando camino del trabajo.
El
chaparrón es tan grande que una cortina de lluvia le bloquea el
paso.
‘¿Dónde
estoy? Tal vez esto es un mal sueño y no he despertado realmente.
Tal vez aún estamos aislados en casa en confinamiento por el virus
maldito.’
No
puede moverse, bloqueado y atrapado en un cuadrado perfecto dibujado
en el suelo en el que solo cabe él.
Grita,
pero no hay nadie que le escuche. O tal vez estén también perdidos,
delante de sus propias cortinas de lluvia, dentro de sus propios
cuadrados perfectos, buscando los caminos de sus trabajos, también
anodinos e irrelevantes.
El
primer alguien se acuerda de que su teléfono móvil llevaba
incorporada una
linterna.
Así, piensa, me iluminaré el camino hacia el trabajo. O hacia casa…
Ha
perdido toda noción del tiempo tras la caída de la cortina de
lluvia. No sabe dónde ni cuándo está. Si en la calle celebrando el
Año Nuevo, o en la playa disfrutando de sus
vacaciones
estivales
o de ruta por la montaña. O tal vez sufre efectos secundarios del
Covid19. Él, un alguien que se creía irrelevante, asintomático y
anodino.
Cuando
logra encender la linterna del móvil todavía sigue a oscuras.
‘¡Vaya
mierda!
¡Menuda
estafa
de cacharro!’,
grita a la nada de su alrededor.
Y,
cada vez más cabreado, pulsa todos los botones, teclea, abre y
cierra apps
hasta que se cansa de que la inteligencia del aparato no haga acto de
presencia.
La
cortina de lluvia se rompe en pedazos; y por fin, una pálida luz
deja entrever, más allá del cuadrado perfecto, un sendero gris, sin
vida, sin sombras.
¡Hola!
¿Hay alguien? ¿Me escuchan?
Pregunta
y se desgañita a la desesperada.
¡¡¡
Quiero que me devuelvan mi tiempo !!!
¡¡
Quiero que mi 2020 sea normal !!
¡¡¡¡
El Tiempo
Es
el
que Es !!!!
Truena
una voz desde una garganta invisible reverberando en múltiples ecos
que taladran sus oídos.
Le
tiemblan las canillas, se marea y teme caerse. Sus miedos aparecen a
su lado, se cogen todos de la mano, se abrazan y se acurrucan en su
cuadrado perfecto hasta que se quedan dormidos.
Quizá
esto es producto de su insomnio, de su imaginación o del bichito, de
una letalidad casi perfecta, que aún pulula por su organismo sin que
él lo sepa jamás.
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