Alzando
la vista se puede ver el cielo estrellado y una media luna como en
las pelis románticas. De esas que le gustan a ella. En la terraza;
la mesa y sobre ella: Mantel, cubiertos, dos, uno para ella y
otro para mi. Vasos, también dos, uno para ella y otro para mi. La
velita puesta en el centro, casi consumida. Una botella de vino en el
cubo, con hielo medio derretido, (no tengo cubitera). La cena ya
fría. Hace una hora que la espero. No va a venir. Era la noche
perfecta y ella me ha dejado plantado. Me serviré una copa y me iré
a dormir, sólo, como siempre. Me ha pedido perdón porque vuelve con
su marido. No entiendo a las mujeres, de verdad, que no las
entiendo. Si las invitas al cine eligen una peli de comedia romántica
donde el protagonista es George Clooney pero luego en la vida real
vuelve con un tipo duro a lo Mel Gibson. Mañana dejaré de ser
romántico. Y dejaré de imitar a Gorge Clooney. Tampoco imitaré al
Gibson, mejor empezaré siendo yo mismo y asumiré que invertir horas
en el gimnasio es perder el tiempo y dinero.
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