La función del botijo - Pilar Murillo




Apenas unos días de vida, sin tener conciencia de lo que me esperaba y de lo que esperaban de mí. Sólo en los primeros instantes sabía una cosa, que provenía del barro, sin ser una metáfora. Realmente estoy hecho de barro. Ya acabado de hacer, entre otras cosas, me informaron de la función para la que habían sido creados mis antepasados. Serviciales, hasta agotarse y luego volverlos a rellenar.
No sé cuanta vida me queda, ¿quién lo sabe?. Cualquier día unas manos temblorosas me harán caer y me romperé en mil pedazos. Pero no será por ir mucho a la fuente, por lo que me comentan aquí mientras me seco al sol. Seré un adorno o un objeto de decoración.
Escucho a bandejas, jarrones, y arrogantes tazones reírse de mí “Tanto va el cántaro a la fuente que al final se rompe”, “tranquilo que tú en la fuente no te vas a romper”, “con muy mala suerte te pueden convertir en un arma arrojadiza” Ataques psicológicos, menospreciándome con cometarios cada vez más crueles. Haciendo alusión a mi volumen, porque retengo gran cantidad de líquido, la envidia les corroe desde el momento que al darme forma terminaron por ver que tenía pitorro.
Yo, un botijo con “alma de cántaro”, orgulloso de haber sido creado para dar de beber al sediento. Manteniendo el agua fresquita.
Pensaba que me iría en cuánto me secase, que me llevarían al mercado de Benavente o que me llevarían para cualquier punto de venta en éste país, donde en el siglo pasado tanto uso dieron a mis antepasados, mientras el hombre trabajaba en el campo.
Hace apenas una hora mi creador ha hablado con la persona que me encargó. Por la conversación he deducido que formaré parte del atrezo de una obra de teatro, que recorreré muchas ciudades de España y que no solo seré un objeto decorativo, además me utilizaran para beber.

¿Y qué dicen éstos vasos de barro envidiosos? , Que una vez que se acabe la gira acabaré en un rincón de un almacén, olvidado. ¿Y ellos? A ellos les han pintado un típico “Recuerdo de Benavente” y acabarán en la vitrina de un armario, o escondidos en el trastero, porque son horrendos, sin embargo yo, formaré parte de una compañía de teatro, y lo que me importa es el presente, así que estoy ya con ganas de empezar a ser servicial, y acudir a la fuente, aunque sea de cartón piedra.


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