Murió
Vicente y fue al cielo
y
a sus puertas daba gritos
todo
era de terciopelo
y
al fin sintió un gran consuelo
al
ver a dos angelitos.
Y
le dicen los alados:
ve
con San Pedro Vicente
que
va a mirar tus pecados
que
no han sido confesados,
ahora
está con tu expediente.
San
Pedro comenzó a hablar:
"Ningún
pecado es notorio,
no
te vas a condenar,
pero
tendrás que pasar
un
tiempo en el purgatorio.
Tengo
la orden divina
de
poner castigos nuevos,
te
convertiré en gallina
y
tu condena termina
cuando
hayas puesto mil huevos"
Y
aparece en un instante
entre
unas verjas muy finas,
el
comedero delante
y
una cesta en un estante,
junto
con otras gallinas.
Y
la gallina de al lado
va
y le dice: "compañero
ya
veo que te han enviado
a
expiar algún pecado.
¡Cuidado
con el granjero!
De
un huevo al día se trata
en
verano y en invierno
y
si no hay huevo en tu lata
te
rompe el cuello y te mata
y
de cabeza al infierno.”
Llega
el hombre de repente
y
las contempla impasible
y
dice el pobre Vicente
por
mucho que yo lo intente
es
totalmente imposible.
"Aprieta
a más no poder
que
te va la vida en ello
ya
sabes lo que hay que hacer
intenta
el huevo poner
o
este tío te rompe el cuello"
Pensando
que era el final
con
tanta fuerza apretó
que
salió un huevo brutal
sufrió
como un animal
pero
de esta se salvó.
Mirando
el huevo en la cesta
disfrutaba
el panorama,
cuando
oyó un grito de alerta
¡Por
Dios Vicente despierta,
que
estás cagando en la cama!
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