En este blog encontrarás los relatos escritos por los participantes del taller de escritura "Entre Lecturas y Café", así como la información de las actividades del club de lectura del mismo nombre.
Sigo encerrado - Pilar Murillo
De la serie "Relatos sobre una cuarentena"
Y llegó un momento en que no pude conciliar el sueño que ni se escuchaban al amanecer a los molestos estorninos. Abrí la contraventana y me asomé a la ventana de mi habitación. Allí estaban, en el tendido eléctrico. Era una gran bandada, suficientes para hacer lo que mejor saben con sus graznidos ensordecedores, pero estaban vigilando, en silencio, alguna vez uno piaba y al hacerlo el que tenía al lado le picoteaba.
Seguro que estaba soñando y que aún no me había despertado y que lo que creía estar viendo se debía a la influencia de haber vuelto a visionar por la noche “Los pájaros” de Alfred Hitchcock. Entonces se me ocurrió mirar por la venta de la cocina que da al mar. Qué belleza de puesta de sol, pero qué silencio ensordecedor. Sólo podía escuchar los latidos de mí corazón que cada vez eran más rápidos. De pronto veo salir del mar a una gran esfera plateada que se vuelve brillante, como el sol, pero no molesta mirarla directamente. Vuela de derecha a izquierda, como haciendo una exhibición de vuelo. Sin duda debía estar soñando y en el propio sueño recordé el maratón de películas que había visto la noche anterior antes de dormirme. Otra de ellas había sido “Encuentros en la tercera fase” de Steven Spielberg.
Debía despejar. Me metí rápidamente en la ducha y sonreí al ver la mampara. No soportaría la replica de “psicosis”.
Sonó el teléfono móvil en el salón donde lo había dejado cargando la noche anterior. Salí de la ducha envuelto en una toalla, pero ya había dejado de sonar. Me habían llamado desde un número privado. Me vestí rápidamente e intenté salir de casa una y otra vez, pero no podía. En el hall de la casa había un gran espejo me miraba y me veía desnudo al tiempo que me sentí observado desde dentro del espejo por un tipo con cara de conejo.
Creo que anoche no me tome la medicación, doctora. Se lo dije, si no tengo a nadie para que me lo recuerde se me pasa y luego suceden estas cosas que parecen tan reales. Sigo encerrado en casa ¿Verdad?
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