Se apresuraron con el martillo y los clavos. Los ladrillos estaban guardados en sacos en el maletero de la furgoneta. Y diseñaron la otra casa con los palés de madera del antiguo granero. Pero como las noticias vuelan entre las ramas de los árboles, el lobo se les adelantó. Y los tres lloraron, viendo cómo la casita de paja se deshacía en el aire.
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