Hay
que ver qué difícil es encontrar piso en una ciudad estudiantil,
sobre todo llegado septiembre. Los estudiantes lo copan todo y no hay
manera de hacerse con algo decente. Hace unos días leí en algún
lado que en una ciudad inglesa habían ofrecido a un estudiante una
cama en el hueco de una escalera. Menuda desfachatez, pensé yo. Ni
por asomo se me ocurrió que podría pasarme algo parecido. Pues
anteayer, sin ir más lejos, harta de patear la ciudad sin
resultados, me fijé en un cartel pegado a una
ventana: “Se alquila piso
muy barato” y para allí me fui. ¡Qué desastre! Debía de medir
quince metros cuadrados y tenía una sola apertura en la pared por la
que si metías la mano tocabas el
muro que separaba de la
finca contigua. No tenía luz natural y una sola estancia hacía de
dormitorio, baño y cocina. Para meterse en la cama había que pasar
por encima de la bombona de gas haciendo filigranas, el water estaba
detrás de una cortinilla asquerosa, no tenía cisterna, había que
echar cubos de agua, tampoco había ducha, en una esquina había un
agujero en el suelo encima del cual colgaba una manguera cuya
procedencia era una incógnita y que se suponía que hacía las veces
de tal; tampoco había armario, debajo de la cama se guardaban unas
cuantas cajas de fruta que desprendían un sospechoso olor a podrido,
y a las cuales se les había asignado la honrosa misión de hacer de
guardarropa. Se suponía que era muy barato, pero el dueño me pidió
por aquel cuchitril quinientos euros sin mostrar un atisbo de
vergüenza en su rostro. Yo me reí por no llorar y haciendo gala de
una mala educación sin precedentes en alguien tan comedida como yo
le contesté:
-¿Y cómo los quiere, en negro, en blanco, se los ingreso en
una cuenta del banco o me señala usted algún estercolero semejante
a este pisito y se los camuflo allí, entre la mierda?
No le di oportunidad de réplica, salí de allí pitando y pensé
en denunciarle ante alguien, sanidad o alguien, qué sé yo, pero
finalmente desistí, pensando que nadie me creería. Pero bien
pensado, después de leer lo del muchacho inglés, igual la prensa
escrita me hace algo de caso. Por si las moscas estense atentos al
periódico de mañana.
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