...pues no veas en el discurrir de la vida, en el fluir de las estaciones.
El sol que le llena de luz, calor y color. El cielo que en las noches desaparece bajo un manto cuajado de estrellas.
Los rojos, marrones y amarillos indescriptibles y envolventes del otoño.
El torrente de agua viva despertando a la vida en primavera en una carrera veloz de saltos y cascadas buscando el río.
Hay magia en Orbaneja y en sus gentes abruptas y encantadoras como el paisaje.
Hay hechizo en el cincel que dio forma a sus rocas, esculturas juguetonas y traviesas que al contemplarlas te hablan narrándote mil historias de existencias pasadas y misterios escondidos.
El vuelo elegante y perfecto de los buitres que las habitan, saluda tu mirada elevada al cielo.
Si conoces Orbaneja, te cautivará y una parte de tu alma quedará por siempre prendida a su divinidad.
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