Buenos días queridos radioyentes, en el programa de hoy tenemos una petición muy especial y muy emotiva que les hacemos llegar por si alguno de ustedes puede ayudar a Manuel, quien al sufrir un accidente ha vuelto a recordar un momento importante de su infancia, escuchémosle:
Mi estancia en el hospital fue más liviana de lo que prometía, los médicos hicieron un rápido diagnóstico y tratamiento siendo mi mejoría síntoma de un buen pronóstico. Posiblemente también ayudara a recuperarme el sonar insistentemente en mi cabeza, como en bucle, una canción de niñez que adoraba por verme retratado en ella. La cantaba Pedrito Fernández y aunque no me acuerdo de toda la letra debí de memorizar la parte que me recordaba a una compañera de pupitre.
La de la mochila azul
La de ojitos dormilones
Me dejó gran inquietud
Y bajas calificaciones
No vislumbraba como después de tantos años mis sentimientos de aquellos días de colegio se hicieran tan nítidos y volviera a repetir, como si fuera un mantra, aquella música y aquella letra.
De recuerdo me quedan sus colores
Las hojas del cuaderno
Dice amores de borrones
Yo quisiera mirarla en su pupitre
Porque si ella ya no vuelve mi salón será muy triste
A nadie de la familia comenté revivir la canción, seguramente tras el tiempo transcurrido no comprenderían la admiración infantil por mi compañera y amiga, quien un día desapareció y jamás volví a verla ni a saber nada de ella.
La vida continuó para mí, supongo que igualmente para ella, acabé mis estudios, encontré trabajo y formé una familia maravillosa de la que estoy realmente prendado, salvo los contratiempos naturales de la vida tenemos una existencia placentera, hasta el desmayo que sufrí en la calle, aparentemente un bajón de tensión por el estrés que hizo caerme en la acera, golpeándome la cabeza con una papelera. Gracias a Dios sólo fue un chichón con mucho dolor de cabeza y tras unos días de ingreso hospitalario más una semana de baja, ya estoy restablecido.
La sorpresa surgió al volver a salir a la calle, en el barrio los vecinos de negocios cercanos al lugar de mi accidente, testigos del mismo, me cuentan que una mujer con pelo azul estuvo acompañándome todo el tiempo hasta llegar la ambulancia. No sé quién era, nadie sabe quién era, yo tampoco al no estar muy lúcido, pero tengo grabada en la memoria una mirada, aquellos ojos me recordaron y me recuerdan a los dormilones de mi amiga de infancia, quizás por eso la canción no para de sonar en mi cabeza.
Si ha sido ella quien me ha atendido en mi desmayo me gustaría encontrarla, no sólo para mostrarle mi gratitud sino para saber de ella, cuál fue el motivo de su marcha y como le ha ido en la vida. Fue alguien importante en la escuela y mucho más ahora.
Este es el motivo de mi llamada a la radio, si alguien la conoce o se reconoce a sí misma, agradecería se pusieran en contacto conmigo, mi interés es simplemente amistoso y de agradecimiento, la vida nos hace dar muchas vueltas, pero al final va a ser cierta la frase que dice “el mundo es un pañuelo y nosotros los mocos”.
Bien queridos oyentes, ya sabéis el número de nuestras líneas telefónicas, sería una gran historia que estas dos personas, si es que son realmente amigos de infancia, se encontraran nuevamente.
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