¡No me gustan los perros! - Cristina Muñiz Martín

                                    

Me gustan los libros y no me gustan los perros. Ya sé que no tiene que ver una cosa con la otra, pero lo digo por algunos de los dueños de los chuchos, esos que llenan las redes sociales con sus fotos –-y que conste que a mí eso no me molesta--, pero lo que si me molesta es leer cosas del tipo “Quien no tiene un perro no sabe lo que es amar y ser amado” “A quien no le gustan los perros no tiene un mínimo de sensibilidad” y ya el colmo de los colmos “¿Tú también tienes un hijo de cuatro patas?” Mirad, fue leer esto en mi facebook y decidirme a decir alto y claro ¡A mí no me gustan los perros! aunque sé que al decir públicamente algo tan políticamente incorrecto van a lloverme miles de críticas. Pero no me importa, porque creo que todo tiene un límite. Así que vuelvo a decirlo: No me gusta tener perros en casa, ocuparme de ellos, limpiar los pelos que van dejando a su paso, dejar que me laman la cara, sacarlos de paseo y recoger sus cacas y todo eso. Pero no por ello critico a los que sí tienen uno, dos, o los perros que les de la gana. En cambio mi casa está llena de libros, a los que cuido limpiándoles el polvo, y lo hago con gusto, porque me encanta leer, sumergirme en historias que muchas veces me conmueven e incluso me hacen soltar alguna que otra lágrima. Así que, por favor, que nadie más me diga que no soy normal porque no me gusten los perros porque yo no voy por ahí llamando ignorantes a los que nunca leen un libro. Y ya para terminar, que se abstengan los que al leer esto estén tentandos de escribirme un comentario llamándome vaga o comodona, porque soy madre de tres hijos adolescentes, que es tanto como decir que soy la encargada de atender a seis patas y a tres MORROS, esto último con mayúsculas y con doble significado. Y como a toda madre de adolescentes, más de una vez me apetece devolverlos, la pena es que no tengo adónde. Uy...se me acaba de ocurrir una idea. Cambio tres adolescentes por un perro. A ver quién es el guapo o la guapa que se atreve.

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