Durante muchos años había sido misión imposible encontrar una fuente que encajase en el patio. El obstáculo de una energía de nieblas enlodada en farsas y con la mente y el corazón en el olvido del respeto y el cariño, desplegaba y expandía en el silencio y el escondite una barrera infranqueable para encontrar a la pureza del agua un receptáculo y una guía que la dejase fluir libremente en su sonoridad saltarina y en la limpieza y sanación de su esencia.
Un día gris y lleno de dolor, María vio la fuente ideal en uno de esos lugares donde todo se compra y se vende. Se abrió su corazón y llamó al obrero para que la instalara.¡Ya era muy tarde! Las manos del obrero construían...o tal vez destruían ...otras obras. La ilusión por la belleza había desaparecido en pos de pasiones que por oscuras y ocultas no permitían convivir con otras creaciones. Dominaban, restaban, acaparaban...
Así el tiempo medido en algunos años y la cura larga y dura del abandono que María hizo en la belleza de la vida...así...el agua se desparramó sin sentido por las baldosas que empedraban el suelo del patio... Más llega un punto donde todo estalla ,el detonante que diría el obrero para justificarse. Y el grifo reventó y tiñó el pavimento de óxido rojizo criado y alimentado en tristes momentos de existencia.
El artista estaba cerca, muy cerca y María lo reconoció. Ambos parieron la imagen que se formó en su mente y en su corazón y así se construyó con mimo la fuente del patio. Y !como no! la piedra fue presidida por una flor de Lis que siempre acompaña a María en sus construcciones aún sin ella saberlo.
Como una bendición, cada día, el agua corre por la fuente y desagua decidida y orientada tras limpiar cualquier resto de toxicidad a su paso y sanar cualquier dolor del alma. Generosa se ofrece !!,puedes probar su agua!!
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